RECÍTAME UN HORIZONTE SIN CERRADURA Y SIN LLAVE

¿Qué es un preso político? Esta pregunta lleva varios días rondando en mi cabeza, pues ante la situación política actual, con medio gobierno catalán entre rejas, el término “preso político” parece que va a desgastarse por sobreuso. Lo realmente triste es que no conozco a nadie que pueda darme una descripción, en la que no quepa más que un matiz o dos, de lo que es un preso político. Se podría suponer que, en España, todo el mundo debería estar al tanto de qué es un preso político. No podemos, y no debemos, olvidar que durante casi cuarenta años las cárceles de este país estuvieron repletas de gente cuyo único delito era pensar en contra de lo establecido. Aun así, parece que la llegada de la democracia, con todas sus libertades intrínsecas, ha borrado de un plumazo hechos de nuestro pasado que bajo ningún concepto deberíamos haber olvidado.
De esta forma, ya no sabemos definir a un “preso político”. Por ello, mientras unos mandan mensajes de apoyo, a los que consideran en la cárcel por sus ideas políticas y no por sus actos; los otros tan apenas son capaces de rebatirles la terminología.
Entre tanto revuelo, escasamente ha trascendido el titular dado por Alberto Garzón en una entrevista: “Cuando pienso en un preso político, pienso en Marcos Ana”. Toda oportunidad es buena para recordar a este poeta que pasó 23 años en el presidio, plasmando en “Decidme como es un árbol” hasta donde era ya incapaz de recordar el mundo exterior.
Como él, miles de personas vieron cómo se les arrebataban uno a uno días, meses y años enteros. Esta es la historia de un anónimo preso político. La historia de uno, de todos aquellos que pasaron los años de su juventud entrando y saliendo de la cárcel, únicamente por pensar y actuar de manera distinta a la doctrina franquista. Esta es, en definitiva, la historia de un hombre que no se resignó a respetar lo establecido por las armas, y en una época en la que hablar de más se pagaba muy caro, nunca escondió lo que era: republicano.

José Lagén Regol (1913, Salas Altas – 1990, Barbastro). 77 años de vida. 2 años entre el frente de Aragón y el de Cataluña. Más de 36 años de condena por sus ideales políticos. 12 años y seis meses en la cárcel tras la Guerra Civil.
Una historia como otras muchas de una persona a la que la juventud no le fue sesgada por una bala sino por un tribunal. Tras ser apresado el 26 de diciembre de 1938 José Lagén comenzó un periplo por las cárceles españolas primero y por las colonias penitenciarias después (eufemismo utilizado por el franquismo para utilizar a los presos republicanos como mano de obra esclava). En total doce años y seis meses entre rejas por su filiación anarquista y su significación durante la Guerra Civil. Doce años y seis meses dividimos en dos periodos. Tras su primera condena (30 años de los que cumplió más de siete) José Lagén permaneció activo en la lucha antifranquista militando en la clandestinidad en el partido comunista. Seis meses después de que consiguiese su libertad sería nuevamente detenido y condenado a seis años (de los que cumpliría cinco). 

Documento utilizado en el juicio de José Lagén que atestiguaba su participación en las milicias antifascistas de Barbastro a principios de la Guerra Civil.

Síntesis de la primera condena de José Lagén Regol.

Mapa de los distintos lugares en los que José Lagén cumplió condena. Elaboración: Andoni Elejalde.

Tras su salida de la cárcel, José Lagén contraería matrimonio con Pilar Sánchez. En la foto aparece con su mujer y los dos hijos fruto del matrimonio entre ambos. Década de los 60.

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